Articulo del Deber 2006
Bajo el rótulo de indigenista y originaria, Esta Universidad, que
funciona desde hace Diez años, fue reconocida recién hace tres.
Incurre en varios desacatos al Reglamento, pero no es fiscalizada
apropiadamente
Texto: Rafael Sagárnaga y Mónica Oblitas / fotos: M. Oblitas y Jorge Landaeta
La Universidad Indígena Tawantinsuyo (UTA) es, probablemente, la más
consentida del sistema privado. Para empezar no tributa y por lo tanto
no emite facturas. Su más reconocido representante, el 'Inca' Germán
Choque Huanca, señala que no lo hacen debido a su labor social. Añade
que "el Gobierno tampoco nos ha dicho cómo compensar ese no pago de
impuestos".
La UTA tampoco posee un plantel docente estable. "Tenemos cosa de 100
catedráticos. Se aparecen cuando pueden, de mucho tiempo. No cobran
salarios, sólo un incentivo", explica el 'Inca'. Es más, entre los
que vienen con más frecuencia y son reconocidos como catedráticos,
varios informaron que no tienen título profesional y sólo lograron
egresar de la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés). Otros, incluso,
son profesores normalistas.
Choque Huanca aclara que estos docentes "nos ayudan los primeros
semestres". Luego añade razones basadas en la contradicción occidente
versus mundo andino: "(A las autoridades) tenemos que decir 'sí hay
licenciados', 'sí hay semestres', porque tenemos que usar los
conceptos pedagógicos occidentales, pero acá nos organizamos con otros
conceptos".
En el plantel fueron incluidos el hijo de Choque Huanca y el principal
funcionario administrativo, Jaime Aliaga. Pero ninguno acredita
estudios medianamente concluidos en las carreras (Historia y Derecho)
donde brindaban sus conocimientos.
Más particularidades. Durante la semana, las aulas de la Universidad
Indígena Tawantinsuyo se encuentran vacías o con gente muy ajena a la
institución, porque sólo se dictan clases los sábados y domingos. "Han
informado que pasan los días viernes en la tarde más, y con ello
completan las 4.200 horas exigidas. Es un sistema presencial
acelerado", señaló el asesor del Viceministerio de Educación Superior,
Ismael Quispe. Pero, en la UTA, docentes y alumnos aseguran que sólo
van sábados y domingos. Suman las 4.200 horas en base a la fórmula
"cuatro horas de clase y seis horas de práctica". Las seis se deducen
de las tareas encargadas para la casa.
La infraestructura resulta virtual e incluso dinámica y móvil. Hasta
principios de 2008 la universidad indígena funcionaba en algunos
cuartos alquilados en la ciudad de Laja. Luego extendió sus
actividades a un grupo de aulas arrendadas al colegio Modesto Omiste
de la ciudad de El Alto (ver recuadro).
Eso sí, la historia la recuerda desde 2005, año en que fue
oficialmente reconocida como universidad inicial por el Ministerio de
Educación. Mientras funcionó con el carácter provisional, o en
trámite, los alumnos de la UTA pasaron clases en aulas aún más
originales. "Inicialmente en la plaza Alonso de Mendoza de Laja, luego
en un restaurante o pensión, donde el costo del alquiler era que
consumamos algo luego de clases", recuerda uno de los primeros
docentes.
Claro, enfrenta otros problemas físicos. "Aún no tenemos ni
laboratorios, ni salas de computación ni bibliotecas", informan los
secretarios de la UTA a los alumnos. Para suplir esas necesidades, por
ejemplo en el caso de las materias de matemáticas e inglés, los
responsables informan que "se acude a cafés Internet de la Ceja de El
Alto".
Sin embargo, pese a sus limitaciones, la Universidad Indígena
Tawantinsuyo se ha dado modos para hacer que el Estado le reconozca
siete carreras a nivel licenciatura: Ciencias de la Educación
Indígena, Turismo Indígena, Ciencias Matemáticas, Lingüística Aymara,
Historia, Teología, Filosofía Indígena (Amauta) y Derecho Indígena. A
nivel técnico superior, el Ministerio de Educación le ha autorizado
emitir títulos para los estudiantes de Turismo y Ciencias de la
Educación Indígena. Esta universidad además ha hecho trámites para una
octava carrera, Religión y Filosofía Indígena, y consultas para
organizar Agropecuaria y Medicina. Pero los tres pedidos le fueron
rechazados.
Sin embargo, esas adversidades no impidieron la expansión académica de
la UTA. Para esta nueva gestión sus anuncios publicitarios ofrecen la
carrera de Técnico Medio en Prótesis Dental. Es más, en un
sorprendente salto cualitativo, en agosto de 2008 la UTA decidió
iniciar su primer posgrado. Con ese fin, sus responsables alquilaron
dos ambientes en pleno centro de la ciudad de La Paz. Ahí, frente al
edificio de la Contraloría General, en la esquina Colón e Indaburo
fijaron el mayor hito de su vertiginoso avance académico: el diplomado
en Gobernabilidad, Pensamiento Indígena y Gestión Política
Intercultural.
Una universidad muy "popular"
La cantidad de alumnos que asisten a las aulas alquiladas por esta
particular universidad privada también ha ido creciendo a grandes
saltos. Pese a que en el Ministerio de Educación aún esperan listas y
planillas, declaraciones y documentos internos demuestran la
popularidad de la UTA.
Los alumnos antiguos recuerdan que el proyecto se inició en 1999 con
cerca de 200 estudiantes. La revista Taripiri de septiembre de 2005
publica una lista de 94 inscritos solamente a la carrera de Derecho.
Durante la visita a la sede de Laja, en octubre de 2007, el
administrativo Jaime Aliaga informó de que la UTA ya contaba con 300
alumnos. Luego, en enero de 2008, en las oficinas del colegio Modesto
Omiste, el 'Inca' Germán Choque Huanca declaró a este medio que ya
asistían 500 alumnos. Para esta gestión, la carrera de Prótesis Dental
y el Postgrado evidentemente sumarán más estudiantado. Eso sí, a 10
años de su fundación y tres de su consagración como universidad
inicial, oficialmente no hay ningún alumno con título profesional. Así
lo informó la semana pasada una de las responsables del Viceministerio
de Educación Superior para el área universidades, Maritza Condori.
Fondos en secreto
La economía de la UTA al parecer no marcha mal. Dada su naturaleza,
privada, la Universidad Indígena Tawantinsuyo cobra por sus servicios.
La mensualidad a partir de los prefacultativos cuesta Bs 105. También
se cobra por los cursos de verano, los textos producidos internamente
y algunos servicios como la energía eléctrica. El diplomado, a su vez,
tiene un precio de Bs 2.000 y dura cuatro meses.
A grosso modo, los ingresos de la UTA bordean los Bs 60.000 mensuales
y cerca de $us 100.000 al año. ¿Cuánto ganan, cuánto gastan? "Es algo
interno. No podemos revelar porque es parte de nuestra política
interna. No tenemos superávit, por eso tampoco tenemos infraestructura
propia", responde Choque Huanca.
Por su parte, el rector, Hugo Vega, explica que no todos los alumnos
pagan los Bs 105 mensuales. "Otros retribuyen en trabajo, por ejemplo
pintando las aulas, y hasta pueden pagar en especie", añade.
Pero es evidente que de diversas formas los costos se optimizan. "Los
docentes no ganamos ni 10 centavos", dice Vega. Mientras Choque Huanca
recuerda que los catedráticos sólo reciben "incentivos para sus
fotocopias, 50 bolivianos". Ello aunque de acuerdo al proyecto
institucional presentado al Ministerio, se acuerda que la UTA pagará
un salario básico a sus docentes, los que tendrán todas las
prestaciones según la ley. Es más, el costo de los alquileres se
resume a ocho días mensuales, ya que en la semana funciona el colegio.
Así, la relación horas-materias-docentes-ingresos resulta asombrosa.
Al menos siete catedráticos, que en varios casos son autoridades,
dictan incesantemente muydiversas clases. A ojos vista, por ejemplo,
en las listas de calificaciones de secretaría se advertía que el
profesor O. Arancibia A. era responsable de seis materias: Historia de
la Cultura de Tiwanacu y el Tawantinsuyo (primer semestre), Teoría del
Estado (primer semestre), Doctrina Constitucional entre la Colonia y
la República (quinto semestre), Filosofía del Derecho (sexto
semestre), Sociología Jurídica (séptimo semestre) y Metodología de la
Investigación (segundo semestre).
La lista de docentes polivalentes y versátiles incluye a: Germán
Choque, Germán Huanca, Jaime Aliaga, el rector Vega, el propio Germán
Choque Huanca y hasta hace un año a Martín Callisaya, ahora embajador
de Bolivia en Costa Rica.
El 'Inca' dio muestras de su habilidad para moverse, desempeñar
múltiples funciones y dictar variadas cátedras desde 2002. Entonces,
dirigía la UTA, daba clases en la Universidad Mayor de San Andrés, la
Universidad Pública de El Alto y fungía como Diputado Nacional. En ese
marco la Universidad Indígena Tawantinsuyo viola o incumple al menos 8
artículos del Reglamento General de Universidades Privadas, Decreto
Supremo 28570.
Las flores del Ministerio
A las autoridades de Gobierno no les preocupa mucho la UTA. Es más,
algunas le tienen estima. En tres visitas que realizamos en los
últimos meses al Ministerio de Educación, las respuestas alternaron
entre el desconocimiento y las elogiosas consideraciones.
"El rector, Germán Choque Huanca, creo que fue reconocido como el Inca
Huáscar Choque Huanca de todo el Kollasuyo, y le han dado una misión",
señaló Ismael Quispe a la hora de empezar su explicación sobre la
UTA. Quispe fue delegado en febrero por el entonces viceministro de
Educación Superior, Ramiro Tapia, para informar sobre la universidad
indígena. Tapia, actual Ministro de Salud, reconoció no estar bien
informado al respecto. El delegado brindó datos aún más positivos que
los propios representantes de la Universidad Tawantinsuyo.
"Han adaptado su visión a las normas. Les hemos exigido todo lo que
dicta el Reglamento de Universidades. Garantizan la carga horaria.
Tienen infraestructura propia", explicó avalando su legalidad. "No
tienen información oculta", añadió desmintiendo al 'Inca'.
"Vienen docentes del sur de Perú y Ecuador. También del norte
argentino", comentaba resaltando el perfil internacional de la casa de
estudios superiores. Sin embargo, en la UTA, el administrativo Jaime
Aliaga señaló: "No, no vienen docentes del extranjero. Ojalá que algún
día lleguen".
Quispe adicionalmente aseguró que la UTA contaba con cinco egresados
de Derecho. Sin embargo en la universidad se informó que sólo eran
tres y de Turismo. Mientras que hace tres semanas los funcionarios del
Ministerio explicaron que aún no tenían datos sobre egresado alguno.
El diálogo con el asesor del Viceministerio concluyó con la promesa de
que proporcionaría la documentación completa del caso. Sin embargo, la
entrega de las fotocopias tardó más casi dos meses. "El archivista
está de vacaciones", argüía ante cada reclamo. Curiosamente, el
archivista, el día de la entrega, no recordaba haber tomado su
descanso anual. Un detalle adicional: la información sobre la UTA suma
17 folders. Los responsables entregaron sólo 16 con un notorio borrón
en el texto que señalaba el número 17.
¿Privilegiada?
Así, la Universidad Indígena Tawantinsuyo marcha viento en popa. Su
crecimiento es sostenido en alumnado, carreras y expansión geográfica.
"Cumple con los reglamentos", aseguran las autoridades. Y sin duda,
hasta le guardan aprecio los cafés Internet de la Ceja alteña.
Solamente surgieron posturas
Pero además surge un crítico i-nesperado: el ex ministro de Educación
Félix Patzi. La ex autoridad hoy asegura que "la creación de
universidades indígenas significa la reproducción de la colonialidad".
Prefiere como modelo "la desconcentración de universidades públicas
hacia el campo". Al mencionársele la UTA recuerda que es privada, pero
añade: "No conozco los detalles". Curiosamente, Patzi fue uno de los
fundadores de esta universidad en los '90 y también el primer rector
oficialmente nombrado en 2005. Fue además, el año 2006, responsable,
en su condición de ministro, de la primera evaluación de
funcionamiento de la Universidad Indígena Tawantinsuyo. Sin duda, la
UTA goza de un místico hálito, que entre la amnesia y la indiferencia
de las autoridades, la convierte en algo así como la universidad más
consentida del país.
* Este reportaje forma parte de la séptima versión de becas del Fondo
Concursable de Periodismo de Investigación de la Fundación UNIR.
El sueño frustado
En 1996, aproximadamente dos docenas de intelectuales aimaras y
académicos indigenistas de la UMSA concibieron la idea de la UTA.
Entre ellos estaban Germán Choque Huanca, Felipe Quispe, Félix Patzi,
Martín Callisaya, Silvestre Patzi y Raúl Prada. Hay quien asegura que
presenció incluso algunas charlas el actual vicepresidente ,Álvaro
García Linera.
Nació como un Centro Cultural. En 1999 se decidió que el proyecto se
convierta en una universidad basada en una filosofía andina. Se logró
reunir a cerca de 200 estudiantes. Todo se vincularía a la
reciprocidad y la cooperación. El vecino Freddy Cruz donó un terreno.
Alumnos y estudiantes pusieron cuotas para el enmallado. Ambos
estamentos se comprometieron a donar cien adobes por cabeza. Pactaron
un trabajo comunitario hasta levantar la universidad; se reunían para
ello desde las 6:45.
Los entendidos en informática plantearon crear la Red Tinku. Los
catedráticos mejor relacionados se lanzaron a establecer vínculos con
universidades de Ecuador y Perú. "Decíamos que no importaba el
sacrificio, sino la culminación de nuestra visión", recuerda uno de
los alumnos de aquella época. "Pero después ellos empezaron a pelear,
cobraban 60 pesos la mensualidad, luego vendieron los adobes y dejaron
abandonado el terreno. Como eran diputados, tenían buenos contactos en
La Paz y nos hemos tenido que resignar".
El 'Inca'
Germán Choque Huanca, eje principal de la Universidad del
Tahuantinsuyo, no es una persona sencilla. Docente universitario e
investigador, tiene varios libros en su haber. Ex diputado del
Movimiento Indígena Pachacutic (2004), su entorno lo llama Inca
Huáscar Choque Huanca. Como tal, también es tratado por sus colegas y
alumnos.
Cuando se lo entrevist,a pocas veces pierde la compostura, es pausado
y hasta solemne. Casi cada una de sus respuestas apunta o roza lo que
él llama la herencia colonialista del país.
Ha sido el principal impulsor para que la whipala reemplace a la
tricolor con el argumento de que "bandera viene de bandoleros, de
bandidos, y wiphala viene de integración, de igualdad" y también ha
propuesto cambiar el nombre del país. Nacido el año 1955 en La Paz,
para él, Irán y Afganistán deben ser tomados como ejemplo en Bolivia
respecto a cómo debió funcionar la Asamblea Constituyente, y los
señala como referentes para el camino que tiene que tomar el país. Ha
propuesto la creación de dos nuevos departamentos: el Chaco y
Chayanta, y asegura que se deben cambiar las estructuras de los
poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo.
Siendo diputado del Movimiento Indígena Pachacutec (MIP), sus peleas
con el líder de este partido, Felipe Quispe, 'el Mallku', resonaron en
el Congreso por su intensidad. Tras desatarse diferencias ideológicas,
vinieron los enfrentamientos de tipo personal y se empezó a cuestionar
el liderazgo del entonces dirigente de la Confederación de
Trabajadores Campesinos, con acusaciones de corrupción y críticas a la
forma en que manejaba a ese partido.
Choque Huanca acusó a Quispe de malversar fondos de una empresa de
luz. El Mallku contestó con un 'Indio de mierda', corrigiéndose luego:
"Dije Inca de mierda, no indio de mierda". A su vez, Quispe denunció
que Choque Huanca había grabado una sesión reservada de Congreso, en
la que se debatió sobre la demanda marítima boliviana, que días
después llegó a manos del Gobierno mapuche.
Choque Huanca negó todo, y volvió a acusar a Quispe de corrupción.
Insultos fueron y vinieron. Choque Huanca fue expulsado del MIP bajo
los cargos de "falsificación material al cambiar su nombre de Germán
Choque Condori a Germán Choque Huanca", y luego de una huelga de
hambre en contra suya protagonizada por Quispe, varios dirigentes del
MIP y la ex secretaria de Choque Huanca, Jhenny Santander, que lo
acusaba de acosarla sexualmente, el 'Inca' se alejó del MIP, aunque
luego de la pérdida de personería jurídica del partido, Choque Huanca
aseguró que el MIP seguirá vigente y apoyará incondicionalmente al
presidente electo, Evo Morales.
Ambos líderes del MIP fueron docentes fundadores de la UTA. Cuando
Choque Huanca tomó las riendas solo, Quispe impugnó reiteradamente la
intención ante las autoridades. Luego pasó a una vida discreta y
alejada de los medios
Hoy el 'Inca' se concentra en sus proyectos educativos. De principio,
se expresa en contra de la educación pagada porque la considera
discriminadora. "Ésta no es una ONG ni una fundación, es una
institución que se autofinancia. Los estudiantes aportan, los docentes
reciben un incentivo", dice al definir a la UTA.
-¿Cuánto les cuesta el alquiler y las otras obligaciones?, se le
pregunta. "Es un asunto interno", responde cortante.
- ¿Tributan? "No, no hacemos lucro"
- ¿Cómo justifican ante el Estado su falta de infraestructura y sus
otros problemas?
"Nos adaptamos a los conceptos pedagógicos occidentales. (…) Creen que
tenemos plata. Pedían infraestructura total. Queríamos crear la
carrera de Agropecuaria y nos pidieron tractor, queríamos hacer
Medicina y me pidieron clínica. Pensaban que el Inca como antes tenía
plata y oro".
La sede que se mueve
Laja es una población situada a 45 minutos de La Paz, por carretera
asfaltada. Su iglesia es el principal atractivo, además de ser
reconocida por sus deliciosos panes a la piedra y por haber sido el
lugar oficial donde se fundó la actual sede de Gobierno, ciudad
trasladada luego a orillas del Choqueyapu.
Pese a su lejanía, Laja fue escogida por las autoridades de la UTA
desde su fundación en 1999 para que sea la sede de la universidad, con
la intención de convertir al pueblo, en un futuro cercano, en una
ciudadela universitaria. También le atribuyeron una ubicación mística
por su cercanía a Tihuanacu y al lago Titicaca.
Visitamos Laja en diciembre del 2007 para empezar la investigación de
este reportaje. Al ingreso del pueblo llamaban la atención los
carteles pegados en los vidrios de algunas casas anunciando distintas
aulas de la UTA desperdigadas por el pueblo. En la plaza, una pequeña
oficina con una máquina de escribir antigua, unos cuantos quipus
colgados en la pared y un singular cráneo como adorno, era la sede
administrativa de la UTA donde Jaime Aliaga brindaba información a los
postulantes a la universidad. La maqueta de un moderno edificio en
forma de cóndor se mostraba a los visitantes con la promesa de "que
algún día así será la UTA".
Era un martes en la mañana y algunos estudiantes aprovechaban el sol
matutino para comer unos sándwiches en la plaza de Laja, otros
pasaban clases en la 'sede principal': una casa alquilada, con una
docena de cuartos convertidos a la fuerza en aulas. En el ingreso
funcionaba una tienda de abarrotes.
En una de las aulas, de aproximadamente 20 metros cuadrados y piso de
tierra, un grupo de muchachos atendía una clase de historia impartida
por un alumno de la UMSA. Los bancos estaban rotos, por lo que los
chicos compartían entre todos una misma mesa, las paredes sucias, la
pizarra desportillada. Del techo colgaban serpentinas y globos y en
una esquina se acomodaban un par de botellas de sidra, vestigios de
alguna fiesta anterior. Faltaban algunos vidrios de las ventanas.
Este panorama se repetía en casi todas las aulas del lugar. Un solo
baño funcionaba para todos los estudiantes, además de servir como
mingitorio público al resto del pueblo.
El rector y sus allegados, los directores de carrera y otros docentes,
estaban reunidos en una de estas aulas, evaluando una serie de
necesidades. Durante la entrevista, el rector, Hugo Vega, comentó que
la comunidad de Laja había donado unos terrenos para la universidad y
que en un trabajo conjunto, docentes, alumnos y comunarios fabricaron
los primeros adobes para los cimientos de la nueva universidad. Cuando
fuimos a conocer el terreno, nos encontramos con una enorme planicie
donde una cantidad de adobes se deshacía por el calor y la humedad.
Nada más hacía suponer que ese terreno era el de la UTA. Meses
después, una nueva visita confirmó que la 'infraestructura' continuaba
en el mismo estado.
Hoy los simbólicos adobes están convertidos en una pasta inservible.
El terreno sigue vacío, como vacías también están las aulas que eran
la sede oficial de la UTA en Laja. Alumnos y profesores de los
primeros años informaron de que los adobes eran parte de un trabajo
comunitario acordado en 1999. "Cada alumno y docente pisaría y armaría
cien adobes para el terreno donado por Freddy Cruz. Pero luego Germán
se quedó con todo, vendió los adobes y alquiló cuartos en el pueblo",
relató uno de ellos.
Los papeles de propiedad de ese terreno baldío sirvieron a las
autoridades de la UTA para el reconocimiento oficial. Los responsables
del Ministerio de Educación debieron hacer una inspección ocular del
sitio. Sus informes fueron positivos.
Tras funcionar en la 'sede' oficial de Laja durante dos años y medio,
a mediados del 2008, sin previo aviso y sin que el Ministerio de
Educación tenga conocimiento, las autoridades de la UTA decidieron
abandonar el pueblo y trasladarse a las dependencias de la Escuela
Fiscal Modesto Omiste, cerca de la cancha Maracaná de El Alto. Allí
funciona ahora gran parte de la UTA, cuyos alumnos asisten los sábados
y domingos para pasar clases de 9.00 a 17.00, mientras el resto de la
semana, la escuela funciona como tal.
El Reglamento de Universidades Privadas señala claramente: "Es
requisito ineludible y condición principal para la aprobación del
proyecto institucional o la apertura de una universidad, el contar con
la infraestructura adecuada y propia". Pese a que ya lleva más de diez
años funcionando, la UTA no cuenta con los papeles ni el registro de
propiedad necesarios. Tampoco observa las indicaciones básicas
respecto a los laboratorios, las áreas de servicio ni las del área
académica. Obviando esto que es obligatorio para otras universidades,
la UTA sigue rotando de alquiler en alquiler.
críticas desde dos frentes. Por una parte, esquivos docentes y
estudiantes que se sienten traicionados por la conducta de las
actuales autoridades de la UTA. Recuerdan que los unió un proyecto
cooperativo común y una historia perdida hace más de una década que
aún los conmueve (Ver 'El sueño frustrado' en este reportaje).